sábado, 13 de noviembre de 2010

José Enrique Rodo

Nació en Montevideo el 15 de julio de 1871. Tuvo actuación periodística, fue catedrático de literatura y director de la Biblioteca Nacional durante un breve periodo en 1900. Su formación fue primordialmente autodidacta ya que no llego a concluir la enseñanza secundaria.

Gran lector, concurrió con asiduidad a la Biblioteca Nacional y a la del Ateneo de Montevideo. Entre sus lecturas preferidas se destacan los escritos de Coite, Spencer, Renan, Taine y Guyeau. Milito en el Partido Colorado y fue seguidor de Jose Batlle y Ordonez. Electo diputado en tres oportunidades, actúo en el Parlamento ocupándose principalmente de temas vinculados a la cultura. Como periodista y critico literario, fundo en 1895 junto a Victor Perez Petit y los hermanos Martínez Vigil la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales.



En 1916 la revista argentina Carasy Caretas lo envío como corresponsal a Europa, viaje que Rodó ansiaba realizar. Una vez en el Viejo Continente visito Lisboa, Madrid, Barcelona, Marsella y varias ciudades italianas. Su débil salud lo llevo a una prematura muerte en la ciudad de Palermo el 1 de mayo de 1917. Tres anos después sus restos fueron repatriados y se le rindieron honores en la Universidad de la República.



Es considerado una de las figuras mas importantes de la generación del Novecientos por la influencia que tuvo su pensamiento en autores posteriores. Reivindico la unión de America Latina en su libro Ariel, publicado en 1900, que encontró gran eco en el continente, especialmente por su visión de Estados Unidos como imperio del utilitarismo y la materia frente a la tradición latina, vista como imperio de la razón y del sentimiento, el entusiasmo generoso y el Mobil desinteresado en la actino. Entre sus escritos destacan La vida nueva, Motives de Proteo, El mirador de Prospero, El camino de Paros. También escribió un volumen de poesías.

viernes, 2 de julio de 2010

El clasicismo de Acufia de Figueroa

Junto a Petrona Rosende de la Sierra (1787-1863), primera poetisa uruguaya, que compuso gran variedad de poesías recogidas en el Parnaso Oriental, sobresale la figura de Francisco Acufia de Figueroa (1791-1862), que elogio a su contemporánea denominándola la «Safo oriental».



Este escritor, que nació y murió en Montevideo, ha sido considerado por el ensayista Alberto Zum Felde «la figura mas importante de las letras clasicistas en el Plata; en America, una de las culminaciones literarias de esa escuela, junto con Heredia, Olmedo y Bello; y dentro del cuadro de las letras castellanas, un poeta burlesco que puede alternar, dignamente, con los clásicos». Este gran versificador, autor de la letra del himno nacional, no quiso ver sacudida su vida por los avatares politicos y fue el único criollo ilustrado que no tuvo ninguna participación en las luchas políticas.



Ocupo altos cargos administrativos y se dedico a celebrar a los mandatarios de turno, fuesen españoles, brasileiros, patriotas, blancos o colorados. Poeta cortesano que poseía una solida formación neoclásica, siguió los modelos de los moralistas españoles Juan Bautista Arriaza, Felix Maria de Samaniego y Tomas de Iriarte, satirizando instituciones y personas públicas y también costumbres y asuntos privados.

Sus obras se clasifican en «serias» y «festivas», atribuyéndose a estas últimas el mayor merito. Entre estas piezas se destaca el poema épico burlesco La Malambrunada, su trabajo más ambicioso, en el que se burla de las mujeres viejas libidinosas que pretenden competir en el amor con las jóvenes ninfas.