Junto a Petrona Rosende de la Sierra (1787-1863), primera poetisa uruguaya, que compuso gran variedad de poesías recogidas en el Parnaso Oriental, sobresale la figura de Francisco Acufia de Figueroa (1791-1862), que elogio a su contemporánea denominándola la «Safo oriental».
Este escritor, que nació y murió en Montevideo, ha sido considerado por el ensayista Alberto Zum Felde «la figura mas importante de las letras clasicistas en el Plata; en America, una de las culminaciones literarias de esa escuela, junto con Heredia, Olmedo y Bello; y dentro del cuadro de las letras castellanas, un poeta burlesco que puede alternar, dignamente, con los clásicos». Este gran versificador, autor de la letra del himno nacional, no quiso ver sacudida su vida por los avatares politicos y fue el único criollo ilustrado que no tuvo ninguna participación en las luchas políticas.
Ocupo altos cargos administrativos y se dedico a celebrar a los mandatarios de turno, fuesen españoles, brasileiros, patriotas, blancos o colorados. Poeta cortesano que poseía una solida formación neoclásica, siguió los modelos de los moralistas españoles Juan Bautista Arriaza, Felix Maria de Samaniego y Tomas de Iriarte, satirizando instituciones y personas públicas y también costumbres y asuntos privados.
Sus obras se clasifican en «serias» y «festivas», atribuyéndose a estas últimas el mayor merito. Entre estas piezas se destaca el poema épico burlesco La Malambrunada, su trabajo más ambicioso, en el que se burla de las mujeres viejas libidinosas que pretenden competir en el amor con las jóvenes ninfas.